15/11/15

El panel de mis sueños VI


No me soporto en el espejo. Soy cabeza huevo llena pringue. Las cosas pegajosas me dan nauseas por eso no me gusta teñirme. Parezco una piedra pringada de chapapote, con permiso de la RAE. Me pongo enferma en la peluquería. A través del espejo veo  a la que está a mi lado. Con lo interesante que era cuando entró y ahora parece un pollo del súper. En la peluquería pasa como en un taller de coches. Llegas entera, te desarman y te vuelven a montar, te sacan brillo y pareces nueva. La otra de la esquina que casi no cabe en la silla lleva unos rulos huecos enormes bajo una redecilla. El otro ayudante le coloca el secador que tiene ruido de tractor y le da una revista casi sin mirarla. Tiene un mohín en la boca que quiere decir que la ha tomado por una vacaburra. ¡Qué indiferente es el mundo a los complejos! Ella levanta los ojos en diagonal y coge la revista pensando que creía que los gais eran más simpáticos.
Lo estoy dejando pasar porque me resulta muy duro aceptarlo, pero ha llegado la hora de hacerlo. Soy una vieja y estoy rechoncha. Lo sé porque me lo dijeron en la tienda de bisuterías. Hay que ver, con lo fácil que es despachar en una tienda y la de requisitos que establecen para el puesto. Primero me miraron varias veces de arriba abajo y de abajo arriba y luego me dice una con cara de gobernanta de hotel: Buscamos un perfil de dependientes concreto tal como dejamos establecido en la página de Infojob. Capaz, voluntarioso, ágil. Ya la está cagando la imbécil esta, pensé con ganas de decirle algo. Pero dije, yo vengo por el puesto de dependienta. En definitiva, dijo ignorando mi impertinencia, tienen que  conocer unas técnicas mínimas de venta para gestionar adecuadamente las objeciones del cliente y saber argumentar sobre los beneficios del producto. Así mismo, deben estar preparados para recibir objeciones, reclamaciones y devoluciones de producto por parte del comprador. Le digo, ¿Y si es una compradora? Y sigue ignorándome. Conocer las formas básicas de pago y el funcionamiento de los terminales de cobro. Aparte de eso, cuenta la estética personal, cierta actitud... Vamos, que no tengo ninguna posibilidad. No, lo cierto es que no, nuestra clientela es selecta, esto es bisutería cara, es para gente a la que les gusta ser recibida por alguien más joven con cierto estilismo en el vestir...
Dios, ¿esto es Huelva o me he cambiado de ciudad sin darme cuenta? Salgo deprimida sabiendo que mi puesto seguro en la residencia me libera de afrontar la búsqueda de empleo y a la vez me da otro tirón en la cuerda que me ata. En vez de irme al puente de hierro para tirarme al río sin compasión me voy caminando hasta el muelle, allí no me  verá nadie hablar con mi grabadora. Joder, qué manía con el estilo. Todo el mundo con el mismo tema. Yo creía que la ropa oscura daba un toque de seriedad y de madurez, nada más. Tengo que hablar con Chari.

Juicio a tu estilo, repito con voz atontada. ¿Qué le pasa a mi estilo? Es funcional. Sí, para estar viendo en la tele Perdidos. Anda ya, me dice arrastrando la a. No le digo que me ofende porque eso es lo que le gustaría a ella. La  miro de la cabeza a los pies y vuelta y pienso si no sería mejor ir al psicólogo. Si me visto como ella pareceremos dos cabareteras. Va con ropa chillona y aun así tiene un aspecto triste. Me la imagino andando por un callejón. CONTINUARÁ