29/12/15

El panel de mis sueños XI


He pasado el proceso normal de lectura como todo el mundo, periódicos, revistas, donde parecía encontrar mi mundo reflejado una y otra vez, siempre igual. Debía estar interesada en la política y lo estaba; me disgustaba todo y nunca hice nada importante por cambiar la realidad. Me fui desgastando como las gomas de las ruedas, rodando sobre el mismo camino siempre. Confieso que terminé comprando el periódico de forma monótona, cansina y ahí lo dejaba sobre la silla como dejaba la chaqueta en la percha de la entrada, por costumbre, sin mirar y así se fueron apilando, como mis días, sin sentido. Creciendo hacia arriba, secándose, ocupando sitio inútilmente a la vez que empezaba con revistas de cine, de ciencia ficción y de otros temas más literarios hasta que se convirtió en otra costumbre estática y pesada y, entonces descubrí los paisajes y empecé a recortarlos. Luego vinieron los folletos que me devolvieron la ilusión por el ahorro y los viajes y los planes a corto y medio plazo. Aquí suspiro llena de alivio, como si aún hubiera esperanzas. Después me descubrió a mí la grabadora al pasar por un escaparate. El hombre de enfrente leía con gusto, se le notaba en la cara cuando elevaba la vista reposando el contenido de lo que había leído. Era guapo el hombre. Tenía los ojos claros y el pelo ondulado con canas sueltas. Hoy no ha venido. Se habrá marchado a su país. Seguro que no vendrá más por aquí.

 No tengo mucho sueño y me siento en mi mesa frente al panel. Desde aquí me cuesta leer los pies de fotos. Antes de nada, acerco un poco más la mesa a la pared. Tengo la impresión de que la pared se ha alejado. Transcribo lo último, ya es la una de la madrugada. Me ha llamado Lola. Ya le ha llegado información nueva sobre los planes del nuevo director. Lo estoy deseando, dice. La tía esa es un peñazo y no tiene ni idea sobre dirigir un centro. Habrá cambios. Joder, todo el mundo con lo del cambio, cambio. Yo no tengo muchas esperanzas de que cambie nada en ese sitio. Vente arregladita, no vayas a venir de neo cateta para la ocasión. Vamos a tener café presentación. Ya ves que diferencia. Un beso. Incluyo un comentario que sale a colación, me tira una pala y luego me da un beso. Lola es así de dura, así son las amigas, ¿no? Mañana sigo.