He pasado el proceso
normal de lectura como todo el mundo, periódicos, revistas, donde parecía
encontrar mi mundo reflejado una y otra vez, siempre igual. Debía estar
interesada en la política y lo estaba; me disgustaba todo y nunca hice nada
importante por cambiar la realidad. Me fui desgastando como las gomas de las
ruedas, rodando sobre el mismo camino siempre. Confieso que terminé comprando
el periódico de forma monótona, cansina y ahí lo dejaba sobre la silla como
dejaba la chaqueta en la percha de la entrada, por costumbre, sin mirar y así
se fueron apilando, como mis días, sin sentido. Creciendo hacia arriba, secándose,
ocupando sitio inútilmente a la vez que empezaba con revistas de cine, de
ciencia ficción y de otros temas más literarios hasta que se convirtió en otra
costumbre estática y pesada y, entonces descubrí los paisajes y empecé a
recortarlos. Luego vinieron los folletos que me devolvieron la ilusión por el
ahorro y los viajes y los planes a corto y medio plazo. Aquí suspiro llena de
alivio, como si aún hubiera esperanzas. Después me descubrió a mí la grabadora
al pasar por un escaparate. El hombre de enfrente leía con gusto, se le notaba
en la cara cuando elevaba la vista reposando el contenido de lo que había
leído. Era guapo el hombre. Tenía los ojos claros y el pelo ondulado con canas
sueltas. Hoy no ha venido. Se habrá marchado a su país. Seguro que no vendrá
más por aquí.
No tengo mucho sueño y me siento en mi mesa
frente al panel. Desde aquí me cuesta leer los pies de fotos. Antes de nada,
acerco un poco más la mesa a la pared. Tengo la impresión de que la pared se ha
alejado. Transcribo lo último, ya es la una de la madrugada. Me ha llamado
Lola. Ya le ha llegado información nueva sobre los planes del nuevo director.
Lo estoy deseando, dice. La tía esa es un peñazo y no tiene ni idea sobre
dirigir un centro. Habrá cambios. Joder, todo el mundo con lo del cambio,
cambio. Yo no tengo muchas esperanzas de que cambie nada en ese sitio. Vente
arregladita, no vayas a venir de neo cateta para la ocasión. Vamos a tener café
presentación. Ya ves que diferencia. Un beso. Incluyo un comentario que sale a
colación, me tira una pala y luego me da un beso. Lola es así de dura, así son
las amigas, ¿no? Mañana sigo.